Para la enseñanza en un ambiente de educación a distancia los maestros después de realizar la planeación deberán hacer una selección de los materiales y la tecnología que utilizarán en el curso y sólo así podrán llevarlo a la práctica; finalmente como todo proceso educativo también deberán evaluarlo. Como educadores sabemos que la evaluación es una parte importante del proceso enseñanza-aprendizaje, ya que indica a maestros e instituciones en qué medida se lograron o no los objetivos propuestos para el curso. Sin embargo muchos profesores desconfían de la validez de este proceso, ya sea por la falta de integridad de los alumnos como por la dificultad de otorgar calificaciones justas que puedan reflejar tanto lo que los alumnos aprendieron como el esfuerzo que pusieron en el estudio. Dentro de la educación a distancia se presentan además nuevos retos en este aspecto y la confianza puede ser un problema aún mayor, ya que los tutores difícilmente conocen a sus alumnos personalmente y no saben hasta que punto confiar en ellos ¿cómo puede un maestro estar seguro de que no le están haciendo trampa?
Personalmente creo que debemos confiar en los alumnos, pero siempre observar de cerca estos procesos, ya que podríamos asignar una calificación sobrevaluada a alumnos que no han alcanzado los objetivos del programa.
En esta era de la información será importante tener claro qué y cómo podemos evaluar a través del uso de la tecnología. A continuación se hará un análisis de las variantes que se pueden utilizar para evaluar la educación a distancia:
EVALUACIÓN PRESENCIAL: Este tipo de evaluación implica que los alumnos deben asistir personalmente, en fechas y horas determinadas, a un centro evaluador a presentar el examen. Las ventajas que ofrece son que se puede verificar la identidad del alumno, hay mayor credibilidad y legitimidad en los diplomas que se otorgan, y como desventajas tenemos poca flexibilidad y además de que la asistencia a dichos centros puede ser una limitante para posibles alumnos
EVALUACIÓN VIRTUAL: La aplicación de estos exámenes requiere de una plataforma tecnológica que permita a los alumnos presentar el examen desde cualquier computadora que esté conectada a Internet. El único requisito es que lo hagan dentro de un horario preestablecido. La flexibilidad en tiempo y espacio es una de las virtudes que podemos mencionar en este proceso, sin embargo está la desventaja que no sabemos quién está realizando el trabajo.
ASIGNACIÓN DE TRABAJOS: A través de esta práctica los maestros pueden evaluar a otros alumnos, tomando en cuenta la creatividad de los mismos (proyectos, estudio de casos o ensayos) Para el tutor esta evaluación implica una gran demanda de tiempo si se requiere de una evaluación numérica además de que los objetivos del alumno pueden no coincidir con los del maestro o con los del curso mismo.
FOROS ASINCRÓNICOS DE COMUNICACIÓN: Un aspecto importante para evaluar, es el proceso de interacción, y esto se hace a través de la observación de las aportaciones en los foros de comunicación con la ayuda de los siguientes indicadores: frecuencia de participación y el índice de calidad de las mismas. Las dificultades que se nos pueden presentar son: el seguimiento de la dinámica es muy laboriosa, sobre todo cuando un grupo se divide en subgrupos ya que el tutor deberá leer y evaluar cientos de comentarios.
AUTOEVALUACIÓN: Este tipo de evaluación me pare muy enriquecedora ya que implica una responsabilidad compartida en la que los alumnos evalúan tanto su esfuerzo como el grado en el que creen que lograron los objetivos. Topping (2007) señala las siguientes variantes para este tipo de evaluación: • Ser complemento o sustituir la evaluación del profesor. • Cuantitativa (numérica) o cualitativa (análisis de fortalezas y debilidades) • Anónima , confidencial o pública. • Obligatoria u optativa. Una de las virtudes principales de la autoevaluación es que es un ejercicio en el que los alumnos realizan procesos metacognitivos (reflexión acerca de lo que saben o no saben de cierto tema) y autoregulatorios (la eficacia y efectividad de sus estrategias de estudio). Muchos alumnos que son académicamente exitosos realizan este tipo de procesos de autoevaluación (Skunk y Zimmerman, 1994; Zimmerman 1990) .
Como podemos ver uno de los puntos que más preocupa a los tutores es la confiabilidad de las evaluaciones. Tanto Bates (2003) como Lozano (2007) nos hablan de la confianza como un aspecto importante en la aplicación de los exámenes. En educación a distancia debemos de partir de un principio de confianza hacia los alumnos. Douglas McGregor sostiene que son más los alumnos que merecen confianza que aquellos que la defraudan.
Como conclusión la evaluación es la parte del proceso de enseñanza-aprendizaje que nos permite saber hasta dónde se lograron nuestros objetivos y es por lo tanto, también una evaluación para nuestro trabajo como educadores, ya que en este punto es en el que podemos reflexionar y preguntarnos ¿qué falló? ¿qué podemos mejorar? ¿qué hicimos bien? Y con estas respuestas replantearnos la metodología que utilizaremos para nuestro siguiente curso.
TUTORÍA A DISTANCIA
En la educación a distancia el papel central y protagónico del profesor tradicional se ha visto sustituido por el de un tutor (facilitador, asesor, instructor) del aprendizaje cuya función es dar seguimiento a los alumnos y retroalimentar sus avances durante el curso. Moderará también las discusiones en los foros y buscará una conexión emocional con el grupo.
Los profesores que tienen experiencia en clases tradicionales (presenciales) deberán saber ahora qué son los cursos en línea, cómo aprende un alumno en línea, nuevos estrategias didácticas aplicando la tecnología en la educación, cómo retroalimentar al alumno con calidad y calidez y por último necesitará una capacitación procesos docentes, tecnológicos y administrativos para poder ser tutor de un grupo.
El tutor debe estar en comunicación continua con sus alumnos para sugerir, aconsejar o recomendar cómo hacer una investigación, una actividad , etc. y deberá estar dispuesto a compartir sus conocimientos y experiencias con los alumnos; dicha comunicación deberá ser continua para que pueda resolver dudas o proporcionar avisos importantes, pero hay que recordar que en estos procesos la parte emocional-afectiva-social juegan un rol determinante en la motivación del alumno que se ve reflejada en su aprendizaje.Los cursos en línea generalmente basados en modelos constructivistas requieren además de una formación pedagógica una capacitación tecnológica, para que el profesor domine los recursos que implementará con sus alumnos.El tutor deberá distribuir contenidos, facilitar el aprendizaje mediante trabajos colaborativos, apoyar al alumno a la construcción del aprendizaje, incentivar la comunicación del alumno para que éste responda en forma positiva, favorecer la instrucción, comunicar instrucciones claras y precisas, etc. Por todo esto deberá asumir varios papeles como son: facilitador, asesor, comunicador, motivador, instructor y moderador.
Además de lo anterior el tutor deberá contar con las habilidades docentes de programas de educación a distancia y estrategias didácticas que sustenten el proceso de enseñanza-aprendizaje en línea, y como menciona Lozano (2007) lo más importante será el desarrollo de empatía tolerancia, respeto y responsabilidad con el grupo y con el curso; y la meta para él será que se cumplan los objetivos de aprendizaje del mismo.